Hearts of Iron IV, de Paradox, sigue muy vivo años después de su lanzamiento, con nuevos DLC en camino e infinitas opciones para que hagas la guerra a tu manera y sin apenas límites a tu creatividad.
Si hay un estudio que reina en el sector de la estrategia es Paradox Interactive, que mantiene varias de las franquicias más queridas por los jugadores, sobre todo en PC, y algunas de ellas llevan décadas triunfando, como es el caso de Hearts of Iron.
Su última entrega, Hearts of Iron IV, tiene ya varios años a sus espaldas, pero sigue sumando: está a punto de llegar un nuevo DLC y sigue siendo un juego delicioso para amantes de la estrategia bélica en tiempo real, y barato: Eneba lo vende por menos de 10 euros para Steam, mientras que su precio oficial sin ningún DLC se mantiene en 50 euros.
Cierto es que, como casi todos los juegos de Paradox, tiene una curva de aprendizaje exigente, que requiere de varias partidas de prueba para empezar a pillarle el truco, saber exactamente por dónde vienen los tiros –en este caso, literalmente– y comenzar a disfrutar de verdad.
El éxito de Hearts of Iron se explica por varios motivos, principalmente por el increíble nivel de detalle con el que puedes dirigir la guerra en todas sus ramas militares: armada, aviación, ejército y hasta misiles si llegas a desarrollarlos.
Además, siempre te exige el juego planificar a largo plazo cómo mueves tus piezas sobre el tablero, qué tecnologías investigas y con quién te alías, ya que también tiene una importante parte la diplomacia.
Es un juego casi redondo, en el que puedes jugar con cualquier país y dirigirlo como te plazca, así que por el precio que tiene proporciona infinitas horas de juego.
¿Puedes hacer cualquier cosa? Sí, cualquiera, o al menos intentarlo
Lo que distingue a Hearts of Iron IV de otros juegos de estrategia es la libertad absoluta que ofrece a los jugadores para moldear el curso de la historia, ya sea siguiendo los eventos históricos o desviándose por completo de ellos para crear escenarios alternativos únicos.
Una de las características más destacadas de Hearts of Iron IV es la capacidad de seleccionar cualquier país, desde las principales potencias como Alemania, la Unión Soviética o Estados Unidos, hasta naciones más pequeñas y menos conocidas.
Esta libertad permite a los jugadores experimentar la guerra desde múltiples perspectivas, ya sea liderando una superpotencia en una campaña global o gestionando los recursos limitados de un país más pequeño para sobrevivir y prosperar en un mundo en conflicto. Cada nación tiene sus propias ventajas, desafíos y árboles de enfoque nacional, que son una serie de decisiones y misiones que permiten a los jugadores personalizar su estrategia y adaptarse a las circunstancias cambiantes del juego.
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Una de las características más emocionantes de Hearts of Iron IV es la capacidad de desviarse completamente de la historia. Aunque el juego comienza en 1936, un período previo al estallido de la Segunda Guerra Mundial, los jugadores tienen la libertad de tomar decisiones que alteran el curso de los eventos. Por ejemplo, es posible evitar la guerra por completo mediante una diplomacia hábil, o desencadenar conflictos en diferentes partes del mundo que no ocurrieron en la realidad.
Los árboles de enfoque nacional permiten a los jugadores explorar caminos alternativos, como una Alemania que se reconcilia con sus vecinos en lugar de invadirlos, o un Japón que se enfoca en la expansión económica en lugar de la militar. Esta flexibilidad es lo que hace que Hearts of Iron IV sea tan rejugable, ya que cada partida puede ser completamente diferente dependiendo de las decisiones del jugador.
Además de la campaña principal, Hearts of Iron IV cuenta con una activa comunidad de modders que han creado una gran variedad de mods que amplían y mejoran la experiencia del juego. Desde modificaciones que añaden nuevos países y eventos históricos hasta otras que introducen escenarios completamente ficticios, como una invasión alienígena o una guerra en un mundo de fantasía, los mods ofrecen infinitas posibilidades para personalizar el juego según los gustos de cada jugador.
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Planifica bien cada paso porque puede ser fundamental en el futuro
El núcleo de Hearts of Iron IV gira en torno a la gestión de recursos, la planificación militar y la diplomacia. Los jugadores deben equilibrar la producción industrial, la investigación tecnológica, el reclutamiento de tropas y la logística para mantener sus ejércitos en funcionamiento.
El sistema de producción es particularmente detallado, ya que requiere que los jugadores asignen fábricas a la construcción de equipos militares, como tanques, aviones y barcos, mientras también se aseguran de que haya suficientes suministros y combustible para mantener las operaciones en el campo de batalla.
Este nivel de profundidad estratégica permite a los jugadores experimentar la complejidad de dirigir una nación en guerra, tomando decisiones que pueden tener consecuencias a largo plazo.
La planificación militar es otro aspecto crucial del juego. Hearts of Iron IV introduce un sistema de planes de batalla que permite a los jugadores trazar rutas de avance para sus ejércitos, lo que añade un elemento táctico a la estrategia general. Los jugadores pueden diseñar ofensivas meticulosas, coordinar ataques en múltiples frentes y ajustar sus estrategias en función de la situación en el campo de batalla.
Sin embargo, la ejecución de estos planes no está garantizada, ya que factores como el terreno, el clima y la resistencia del enemigo pueden influir en el resultado de las batallas. Esto añade un nivel de imprevisibilidad y realismo que mantiene a los jugadores comprometidos y adaptándose constantemente.
La diplomacia es otra herramienta poderosa en Hearts of Iron IV. Los jugadores pueden formar alianzas, negociar tratados, declarar guerras y manipular las relaciones internacionales para lograr sus objetivos.
El sistema de ideologías políticas, que incluye democracia, fascismo, comunismo y no alineados, juega un papel importante en la diplomacia, ya que las naciones con ideologías similares tienden a cooperar entre sí, mientras que las diferencias ideológicas pueden llevar a tensiones y conflictos.
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